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miércoles, 21 de abril de 2010

Cuando la locura se vuelve rutina...

Muchas veces escuchamos que alguien, ya sean amigos, conocidos o alguien por la tele, dicen o hacen cosas medianamente chocantes para nosotros, pero que sin embargo, son aplaudidas por el común de los mortales y nos hacen suponer que la única manera de conectarnos a la masa es aplaudir nosotros también porque sino seremos bichos raros o algo peor.

Digo esto porque últimamente el mundo que nos rodea está llendo a una locura más y más constante, pero lo peor no es eso, sino que estas cosas que suceden se consideran normales y si se te ocurre hablar en contra eres un retrógrado. La ilógica se apodera de la masa social y te hace pensar "¿Seré yo el loco?" porque al fin y al cabo si una gran mayoría de personas piensa de esa manera, y los que dicen los contrarios son rápidamente vilipendiados y ridiculizados, lo más seguro es que las cosas sean así ¿O no? ¿O si hablas, no con un grupo de gentes, sino con personas individualmente, verás que no es tan estúpido el individuo en sí, sino lo que es estúpido es la masa de individuos?

Obviamente, ejemplificaré la cuestión poniendo algunos casos en particular.

Mi primer caso a tratar es la relación de los homosexuales con la Iglesia, cualquiera que me conozca un poco sabrá que no sólo no soy católico, sino que considero a dicha iglesia responsable máximo de que el verdadero mensaje de Cristo no llegue a la gente común. Sin embargo, mucho se escucha por parte de colectivos de homosexuales el deseo de que el catolicismo se "abra" a recibirlos en su seno, criticando como algo propio del medievo el hecho de que dicha iglesia no acepte a los de su condición. Dichas críticas son aplaudidas por una gran parte de la masa social y por cada persona que se pone delante de un micrófono de televisión y radio, alegando cosas como el derecho de elección, la libertad sexual, etc. como argumentos incontestables a favor de una "modernización" de la iglesia, que, según muchas personas, debería adaptarse a los nuevos tiempos para dar cabida a gran parte de la sociedad. El que ose decir algo en contra (de vez en cuando algún cura o sacerdote superior, o bien algún ciudadano normal), es, como dije antes, objeto de las más fuertes críticas y/o escarnio por aquellos que apoyan el derecho de los homosexuales y seguramente en este punto muchos de ustedes no están todavía suficientemente desconectados de la masa y pensarán en que también están de acuerdo con estos colectivos en su lucha por "la libertad".

Por eso solicito que te desconectes un momento de la masa y pienses como persona que lee estas líneas como individuo.

Primero que nada, sabrás que el cristianismo (no la iglesia católica) lleva dos mil años de existencia, que se basa en las normas expresadas en la Biblia la cual prohíbe expresamente la homosexualidad (1 Corintios 6:9-10 por poner un ejemplo), como es natural y todos ustedes concordarán conmigo, la Iglesia Católica al menos dice (aunque en mi opinión se saltan a la torera el mensaje) que sigue la Biblia, que para los cristianos, es la palabra de Dios, por lo tanto, no puede cambiar en cuanto a esa doctrina, establecida en, digamos, su esencia fundamental. Esta es la razón por la que se estigmatiza tanto la iglesia como la Biblia tachándola de ir en contra de la libertad sexual del individuo, sufriendo ataques por parte de los grupos que luchan en favor de la libertad, de los derechos humanos, etc. o para ser más exactos, de los que dicen hacerlo.

Seguramente a todos les habrá pasado, y si no pues sabrán de lo que hablo, hay muchos lugares (Discotecas, ciertos tipos de restaurantes, clubes, hermandades, etc.) donde hay que cumplir una serie de requisitos para poder entrar. Nunca a nadie se le ocurriría, y espero que estas líneas no contribuyan a que algún lumbrera llegue a ese absurdo, demandar a una discoteca por no permitir la entrada con chándal, o a un club de militares por no permitir que los civiles se puedan unir, por poner un par de ejemplos, y mucho menos veremos manifestaciones por las calles donde se exija que cambien sus estatutos para dar cabida al resto de la sociedad. (Me imagino a la asociación del chándal exigiendo la libertad de sus miembros para entrar en las discotecas amparándose en la libertad de vestimenta).

Las iglesias son asociaciones que tienen una serie de normas éticas y morales con las que podemos estar de acuerdo o no estarlo, a ninguno de nosotros se nos exige u obliga a pertenecer a tal o cual iglesia, es absurdo que un colectivo de personas solicite que la iglesia renuncie a sus creencias para poder pertenecer a ella, cuando, como en toda persona que desee pertenecer a alguna asociación, cada individuo ve si puede cumplir los requisitos que dicha asociación solicita y si no puede, pues no se hace miembro, así de sencillo.

Así pues, el que solicita por medio de la presión social que tal o cual colectivo cambie las normas para adecuarse a ellos, realmente está coaxionando la libertad de los miembros de dicha asociación. Viene siendo el "libertad para mí, pero para tí no", y obviamente, si lo pensamos un poco, veremos que es totalmente lógico.

Y es que si tienes libertad de elección, utilízala, pero no intentes coaxionar la libertad de otros para tener la tuya, la libertad de cada uno termina cuando empieza la libertad del otro, y esto también es en sentido contrario. Bien simple, coges una Biblia, y si ves que no te gusta lo que lees nadie te obliga a seguirla. Yo debo reconocerlo, me resultaba imposible atenerme a las normas morales sobre la sexualidad que hay en la Biblia y que algunas iglesias sostienen, por lo tanto, nunca se me ocurriría manifestarme (Debería haberlo hecho, con la Asociación de Fornicadores por un mundo mejor) para que la iglesia tal o la secta cual me reconociesen mi libertad sexual.

Yo respeto a los homosexuales, son gente adulta que dan salida a su libertad sexual tal como los heterosexuales la dan a la suya. Es natural que existan leyes que les protejan tal cual se proteje a las parejas heterosexuales, dándoseles derechos por parte de las autoridades civiles las cuales sí tienen la obligación de legislar para proteger los derechos de todos los individuos por igual. Sin embargo, yo también creo en cosas distintas de la Iglesia Católica, así que lo tuve muy simple, no soy católico, creo en cosas distintas que los mormones, y no soy mormón. Nunca se me ocurriría, porque es absurdo, manifestarme para que la iglesia se adapte a mí. No dejemos que la locura se vuelva rutina.

P.D.: Creo que los colectivos pro derechos hacen mal metiéndose con la Iglesia si no los quieren, también la iglesia se equivoca con sus manifestaciones sobre estas personas, no confundir este escrito con las críticas a cosas que dice la iglesia, que obviamente son criticables por entrar a juzgar a personas a las cuales no tiene derecho a criticar.

lunes, 19 de abril de 2010

La libertad de ser políticamente incorrecto....

Cuando estoy lejos del ordenador se me ocurren un montón de tonterías que sería bueno compartir con la gente, hasta que te das cuenta que por fin estás ante la pantalla y todas esas geniales ideas se te han olvidado y tienes la mente en blanco. Además, luego ves que el problema de Internet es que todos los tontos que tenemos conexión creemos que tenemos algo interesante que decir y eso hace que todas las tonterías habidas y por haber ya las haya dicho alguien en algún lado.

Lo malo es que todo el mundo quiere decir algo y preocuparse de que ese algo entre dentro de lo que la gente de hoy considera que es correcto. Puedes argumentar eternamente sobre diversos temas pero siempre te vas a encontrar que una manera de ver las cosas es la correcta y otra la incorrecta, y eso es porque vivimos en la dictadura de lo políticamente correcto. Para que se hagan una idea, yo podría decir aquí, por ejemplo, lo jodidamente malos que son los del ejército de Israel que tienen encerrados en el gueto de Gaza a los pobres palestinos, y todo el mundo aplaudiría mi opinión, sin embargo, si saco a relucir todas los ataques diarios que sufren los israelíes que viven cerca de la frontera, que el ejército israelí debe enfrentarse a grupos terroristas que se esconden en medio de la población civil, que es de la mayor densidad de todo el mundo en relación habitantes por metro cuadrado, y que visto desde un punto de vista totalmente objetivo las bajas provocadas son ínfimas, no faltaría el que despotricaría contra mí.

Curiosamente, los progres y los neonazis van de la mano en este punto, y la única diferencia es en cuanto al marco temporal, es decir, si yo hablo mal de los judíos de hoy está, digamos, justificado visto lo visto, sin embargo, es totalmente repugnante que yo hablase mal de los judíos de hace setenta años, en otras palabras, los progres hablan mal de los judíos de hoy, y los nazis de los judíos de hoy y de los de ayer, pero si alguno alguna vez se mete a una página nazi y lee sobre el actual estado de Israel, verá que los argumentos son sorprendentemente parecidos a los que se puede encontrar en alguna web de apoyo a los palestinos de cualquier organización de izquierdas.

Bueno, yo no voy a dar mi opinión en este punto aunque invito a que la gente lea opiniones de los dos bandos, lo único que quería era ilustrar hasta qué punto vivimos en una sociedad que creemos que es libre pero que nos obliga a mantenernos dentro de lo que se considera políticamente correcto, siendo totalmente ridiculizado, estigmatizado, cualquiera que se salga de esos cánones, aunque diese argumentos serios y sensatos. Sin entrar a discutir si tienen o no razón, lo cierto es que me quedé asombrado al descubrir que no es que no existan personas que nieguen la masacre de los seis millones de judíos por los nazis, sino que está prohibido por ley negarlo, es decir, que aunque encuentres “pruebas” de que el holocausto no ocurrió (Y no estoy diciendo que no ocurriera), no podrías publicarlo porque incluso podrías ir a la cárcel.

Hay cosas que seguramente están fuera de toda discusión, seguramente una defensa de algo como el holocausto resistiría una revisión histórica, así que el hecho de que existan leyes que limiten la libertad de expresión de los que creen lo contrario en mi opinión consigue un efecto contrario al que pretenden. Sinceramente, una verdad que necesite de leyes para establecerse es muy sospechosa, lo mismo ocurre en España con la ley de Memoria Histórica. ¿Para qué una ley de memoria? ¿tengo que recordar las cosas tal como me dice una ley que debo recordar? Seguramente, existen pruebas de sobra sobre cómo ocurrieron las cosas, si alguien fue objeto de abusos por parte de algún gobierno pasado, deberá demostrarlo, caso a caso, sin que una ley prohíba a los que no recuerden lo mismo a expresarse. Y eso de cambiar nombres a calles y demás, si a eso vamos, podríamos aplicarlo prácticamente a la totalidad de personajes históricos con calles en su honor.

Creo que algunas verdades históricas se supone que están firmemente establecidas, por lo tanto limitar la libertad de expresión de los que piensan distinto simplemente los fortalece. Siempre es más fácil creer en personas que son silenciadas que en las que hablan libremente. Y con esto no quiero decir que yo esté a favor de los que hablan en contra del holocausto o a favor del franquismo, no estoy dando mi opinión sobre esto, lo único que digo es que me gustaría poder leer libremente a un historiador que de una visión distinta, y poder rebatir sus argumentos o no, sin que nadie corte la libertad de tal o cual persona sólo por tener una opinión distinta de lo mío. Curiosamente, las personas que más se llenan la boca con pontificados sobre la libertad de expresión, son las primeras que coartan esa libertad ya sea aprobando leyes en ese sentido (como la mencionada Ley de Memoria histórica aprovada por un gobierno autodenominado progresista), o bien utilizando el poder mediático para humillar, recurriendo incluso a la ridiculización masiva de aquellos que no piensan como ellos, y si no me creen, vean algunos programas de cadenas "progres" supuestamente de humor.

Y no me gustaría terminar sino poniendo un ejemplo que acabo de leer hoy en el periódico. Todos sabemos, y el que no lo sepa lo sabrá ahora, quién fue Jesse Owens, el atleta afroamericano que humilló al racista Hitler en la olimpiada de Berlín en 1939, ganando cuatro medallas de oro por delante de los Arios, lo que lo convirtió en una leyenda dentro del progresismo mundial más allá del deporte, y una leyenda de la nación de la libertad, los Estados Unidos. Sin embargo, lo que no se cuenta es que mientras Owens estuvo en Alemania, se convirtió en un héroe en Berlín, donde los 110.000 espectadores berlineses lo aclamaron cómo un ídolo, donde la gente le pedía autógrafos por la calle; tampoco se cuenta que realmente Hitler sí le saludó, el mismo Owens lo dijo ("Cuando pasé, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal. Pienso que los reporteros tuvieron mal gusto al criticar al hombre del momento en Alemania."); pero sobre todo olvidan que mientras estuvo en Alemania, Jesse Owens viajó y se hospedó en los mismos sitios que los blancos, cosa que no podía hacer en la "tierra de la libertad", donde como todos sabemos, se discriminaba a los negros.

Pues bueno, ahora os reto a investigar un poco sobre historia para ver qué otras leyendas se os caen...

miércoles, 7 de abril de 2010

Ya sabemos que todo es negocio...

Leía hoy una crítica al negocio que se esconde tras las campañas de petición de ayudas para los que por desgracia han sufrido algún tipo de catástrofe natural o bien para aquellos que por culpa de las desigualdades del mundo sufren también las miserias de la pobreza, enfermedades, etc. con las que desafortunadamente tenemos que convivir.

¿Qué convierte ciertas catástrofes en noticia? Obviamente, lo que nos llega es lo que otros deciden que nos llegue, por ejemplo, todos nos sentimos predispuestos a ayudar a los afectados del terremoto de Haití, noticia que supimos porque salió en televisión o leímos en periódicos o internet. Vivimos actualmente en una sociedad de información, pero esa información aún está monopolizada por las agencias de noticias que, como es natural, operan bajo intereses particulares o, en el caso de las estatales, del gobierno de turno. Así pues, si el mismo día del terremoto de Haití, que causó más de 200 mil muertos, hubiese habido un atentado terrorista que hubiera causado la muerte del presidente de algún país desarrollado (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, etc.) lo más seguro es que la información que hubiesemos recibido sobre Haití hubiese sido infinitamente escasa.

Quien piense que no, debería ver la situación actual, cada día siguen muriendo personas como consecuencia de este desastre natural, pero su situación informativa apenas es relevante ahora y eso que sólo han transcurrido unos tres meses desde que ocurrió. Cualquiera de ustedes puede sentarse a ver el noticiero de hoy y ya me dirá si dicen algo sobre Haití. ¿Por qué pues el terremoto en Chile, con menos de mil muertos, dejó tantos titulares como el de Haití? ¿No será acaso que Chile, como país más desarrollado de latinoamérica, posee mejores agencias de noticias que Haití? ¿Hace cuanto, hipotético lector, no habías pensado en Haití y hace cuánto en Chile? Porque, si bien como soy chileno y por lo tanto es natural que la tragedia chilena me toque más cercana, sólo hace un par de días escuché alguna noticia relacionada con el terremoto chileno (recuerdo que vivo en España y no tomo en consideración las noticias que veo en internet en páginas chilenas, naturalmente), pero hace mucho tiempo que no escucho nada sobre Haití, y eso que la gente de allí sigue sufriendo, quizás más que antes ahora que llegarán los huracanes caribeños.

Así pues, ahora tenemos un tipo de personas que escriben en internet, ya que es fácil escribir aquí, a los que podríamos llamar "los anti-todo", esos que se empeñan en convertir, eso sí, aportando pruebas grandilocuentes y de gran credibilidad, toda campaña de ayuda por parte de los poderosos (léase gobiernos, grandes empresas y famoseo) en afanes interesados destinados a lucrar a unos pocos.

La gente no es estúpida, todos sabemos que Don Francisco no hace teletones porque sea sor Teresa de Calcuta, sabemos que los de la Cola de turno o del gran almacén o de la cadena de hamburguesas que cooperan con algúnos miles de Euros no lo hacen porque sean la beneficencia, todos sabemos que el gobierno de turno no puede salir y decir "La economía está muy mal y por eso no vamos a ayudar a ese país". Muchos leemos sobre los poco claros negocios de tal o cual ONG. Sabemos que cuando alguna iglesia o secta ayuda es con afan proselitista y si hiciéramos cálculos sobre la cantidad aportada que sale que se ha hecho y luego viéramos lo que se hizo con tanto millón no nos saldrían las cuentas.

Entonces, los lectores de esa gente deciden hacer lo que incluso cualquiera de nosotros piensa cuando leemos el párrafo anterior, no ayudar, total, para que se lo lleven cuatro gatos. Y nos quedamos tan a gusto, sin autoexaminarnos.

Piensa sinceramente, ¿Iría yo a ayudar a algun país necesitado que no saliera en las noticias? Es decir, mientras todos hablan de Haití o Chile ¿Iríamos, pagando de nuestro propio bolsillo, a ayudar a la gente de Somalía, de las calles de la India, de las selvas peruanas, de los vertederos bolivianos, de las minas chinas, etc.?

Y con esto quiero decir que realmente es responsabilidad nuestra enterarnos de cómo ayudar de la mejor manera, tenemos que ser realistas, es obvio que un fulano megafamoso saca dinero por mostrar su cara en alguna campaña de ayuda, pero también es cierto que ese fulano movilizará a más personas que un tipo anónimo, es cierto que la multinacional de bebidas de Cola saca un montón de ayudas fiscales por ayudar en las causas humanitarias, pero también es cierto que si no lo hiciera seguramente sus contables sabrían conseguir esas mismas ayudas de otras maneras, así que mejor que lo hagan ayudando a los necesitados. Sabemos también que los gobiernos esperan obtener réditos electorales cuando hacen cualquier cosa, así que mejor que lo hagan ayudando a los necesitados en vez de inagurando una estatua de cientos de miles de euros.

Y no olvidemos también que por esa razón esa gente ayuda a aquellos que son noticia, que la noticia la hacen los de las agencias, pero que somos nosotros quienes nos olvidamos de los que no son noticia. Además, que si bien es cierto mucho de nuestro dinero va a ir a parar a los bolsillos de algunos, esos algunos deberán justificar que por lo menos a alguien han ayudado y que por lo tanto nuestra ayuda no es en vano. No nos dejemos llevar por la desidia de pensar que como todo es negocio no debemos ayudar.

Por eso, para terminar, yo invito a cada persona a investigar a los que ayudan, ver quién es el menos malo y cooperar dentro de las posibilidades de cada uno. Y, si después de investigar, concluyes que son todos muy malos, compra unas cuantas piezas de pan, ponles algo de mortadela y llévaselas a los mendigos de la calle (porque si les das dinero, quizás pienses que se lo gastan en alcohol).

domingo, 4 de abril de 2010

A ver si esta vez soy un poco más constante

Hoy estaba en un parque con mis hijos cuando mi reproductor de e-book se quedó sin batería. Me puse a pensar lo cómodo que es poderte llevar un aparatito diminuto en vez de un kilo de libro, pero que sin embargo con un libro normal nunca me hubiese quedado sin batería. Así es la tecnología, ventajas e inconvenientes, aunque si me tengo que poner a elegir me quedo con la tecnología, porque al fin y al cabo fue mi culpa no darme cuenta del nivel de batería antes de salir de casa.

Así que en cuanto me quedé sin posibilidad de seguir con la lectura del libro "Crisis Psicohistórica" de Donald Kingsbury me puse a divagar con la mente, y no sé en qué momento pensé abrirme un blog para plasmar esos pensamientos y también a veces para responder a algunas cuestiones que muchos de mis amigos virtuales me preguntan sobre los diversos temas en los que participo en varios foros. O sea, que mi idea es empezar este blog para cuando se me ocurra alguna idea sobre algo, así que el hipotético aburrido que llegue a leer esto podrá encontrarse con mis ideas sobre temas diversos (Religión, política, gente en general, etc.) según me vengan a la mente y me encuentre en disposisión de escribir. Y, como dice el encabezado, a ver si esta vez soy un poco más constante, porque tenía otro blog por ahí pero ni me acuerdo de la dirección. Esta vez, me aseguro de tener la dirección a buen recaudo, en mi cuenta de Facebook.

Hablando del face, un par de cosas, primero, muchos de ustedes (Un inciso: soy chileno, pero vivo en España desde el 93, a veces escribo "ustedes" y a veces "vosotros", si utilizo el "ustedes" no es que tenga un respeto en especial por "vosotros") me preguntan cómo va mi ensayo-libro que pretende enlazar "Fundación y Tierra" del maestro Asimov y "Crisis Psicohistórica" de Kingsbury. Reconozco que empecé a escribirlo antes de empezar a leer este último libro, que me había sido imposible de encontrar, basándome en los resúmenes que encontré en algunos foros, sin embargo, por fin llegó a mis manos y es un poco pesado de leer, así que aparqué el ensayo hasta terminar "Crisis", y además terminar mi re-lectura de la saga Fundación, me quedan "Los límites de la Fundación" y "Fundación y Tierra", los cuales leí por última vez hace un par de años.

Lo segundo sobre el face es una pregunta ¿Soy yo, o a ustedes también les pasa, que los agregan como amigos un montón de gente que ni conocen, y cuando los han agregado ni les hablan? Bueno, cuando entré en el face me agregó un montón de gente, de la cual no conocía ni a la mitad y, aunque se supone que conozco a los que tengo ahora, de vez en cuando se me olvida por qué tengo a tal o cual persona. Así que aviso, cuando me aburra voy a mandar saludos a los contactos que tengo y borraré al que no me conteste, le conozca o no.

Bueno, pues esto para empezar, un saludo a todos los que me lean. Sientanse libres de opinar, aquí o en mi cuenta del Face, a los cuales va a ir un enlace a este blog. Si después, como pasa algunas veces, de leer esto se te ocurre agregarme como amigo, por favor, dime que me agregas porque me lees, gracias.