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lunes, 19 de abril de 2010

La libertad de ser políticamente incorrecto....

Cuando estoy lejos del ordenador se me ocurren un montón de tonterías que sería bueno compartir con la gente, hasta que te das cuenta que por fin estás ante la pantalla y todas esas geniales ideas se te han olvidado y tienes la mente en blanco. Además, luego ves que el problema de Internet es que todos los tontos que tenemos conexión creemos que tenemos algo interesante que decir y eso hace que todas las tonterías habidas y por haber ya las haya dicho alguien en algún lado.

Lo malo es que todo el mundo quiere decir algo y preocuparse de que ese algo entre dentro de lo que la gente de hoy considera que es correcto. Puedes argumentar eternamente sobre diversos temas pero siempre te vas a encontrar que una manera de ver las cosas es la correcta y otra la incorrecta, y eso es porque vivimos en la dictadura de lo políticamente correcto. Para que se hagan una idea, yo podría decir aquí, por ejemplo, lo jodidamente malos que son los del ejército de Israel que tienen encerrados en el gueto de Gaza a los pobres palestinos, y todo el mundo aplaudiría mi opinión, sin embargo, si saco a relucir todas los ataques diarios que sufren los israelíes que viven cerca de la frontera, que el ejército israelí debe enfrentarse a grupos terroristas que se esconden en medio de la población civil, que es de la mayor densidad de todo el mundo en relación habitantes por metro cuadrado, y que visto desde un punto de vista totalmente objetivo las bajas provocadas son ínfimas, no faltaría el que despotricaría contra mí.

Curiosamente, los progres y los neonazis van de la mano en este punto, y la única diferencia es en cuanto al marco temporal, es decir, si yo hablo mal de los judíos de hoy está, digamos, justificado visto lo visto, sin embargo, es totalmente repugnante que yo hablase mal de los judíos de hace setenta años, en otras palabras, los progres hablan mal de los judíos de hoy, y los nazis de los judíos de hoy y de los de ayer, pero si alguno alguna vez se mete a una página nazi y lee sobre el actual estado de Israel, verá que los argumentos son sorprendentemente parecidos a los que se puede encontrar en alguna web de apoyo a los palestinos de cualquier organización de izquierdas.

Bueno, yo no voy a dar mi opinión en este punto aunque invito a que la gente lea opiniones de los dos bandos, lo único que quería era ilustrar hasta qué punto vivimos en una sociedad que creemos que es libre pero que nos obliga a mantenernos dentro de lo que se considera políticamente correcto, siendo totalmente ridiculizado, estigmatizado, cualquiera que se salga de esos cánones, aunque diese argumentos serios y sensatos. Sin entrar a discutir si tienen o no razón, lo cierto es que me quedé asombrado al descubrir que no es que no existan personas que nieguen la masacre de los seis millones de judíos por los nazis, sino que está prohibido por ley negarlo, es decir, que aunque encuentres “pruebas” de que el holocausto no ocurrió (Y no estoy diciendo que no ocurriera), no podrías publicarlo porque incluso podrías ir a la cárcel.

Hay cosas que seguramente están fuera de toda discusión, seguramente una defensa de algo como el holocausto resistiría una revisión histórica, así que el hecho de que existan leyes que limiten la libertad de expresión de los que creen lo contrario en mi opinión consigue un efecto contrario al que pretenden. Sinceramente, una verdad que necesite de leyes para establecerse es muy sospechosa, lo mismo ocurre en España con la ley de Memoria Histórica. ¿Para qué una ley de memoria? ¿tengo que recordar las cosas tal como me dice una ley que debo recordar? Seguramente, existen pruebas de sobra sobre cómo ocurrieron las cosas, si alguien fue objeto de abusos por parte de algún gobierno pasado, deberá demostrarlo, caso a caso, sin que una ley prohíba a los que no recuerden lo mismo a expresarse. Y eso de cambiar nombres a calles y demás, si a eso vamos, podríamos aplicarlo prácticamente a la totalidad de personajes históricos con calles en su honor.

Creo que algunas verdades históricas se supone que están firmemente establecidas, por lo tanto limitar la libertad de expresión de los que piensan distinto simplemente los fortalece. Siempre es más fácil creer en personas que son silenciadas que en las que hablan libremente. Y con esto no quiero decir que yo esté a favor de los que hablan en contra del holocausto o a favor del franquismo, no estoy dando mi opinión sobre esto, lo único que digo es que me gustaría poder leer libremente a un historiador que de una visión distinta, y poder rebatir sus argumentos o no, sin que nadie corte la libertad de tal o cual persona sólo por tener una opinión distinta de lo mío. Curiosamente, las personas que más se llenan la boca con pontificados sobre la libertad de expresión, son las primeras que coartan esa libertad ya sea aprobando leyes en ese sentido (como la mencionada Ley de Memoria histórica aprovada por un gobierno autodenominado progresista), o bien utilizando el poder mediático para humillar, recurriendo incluso a la ridiculización masiva de aquellos que no piensan como ellos, y si no me creen, vean algunos programas de cadenas "progres" supuestamente de humor.

Y no me gustaría terminar sino poniendo un ejemplo que acabo de leer hoy en el periódico. Todos sabemos, y el que no lo sepa lo sabrá ahora, quién fue Jesse Owens, el atleta afroamericano que humilló al racista Hitler en la olimpiada de Berlín en 1939, ganando cuatro medallas de oro por delante de los Arios, lo que lo convirtió en una leyenda dentro del progresismo mundial más allá del deporte, y una leyenda de la nación de la libertad, los Estados Unidos. Sin embargo, lo que no se cuenta es que mientras Owens estuvo en Alemania, se convirtió en un héroe en Berlín, donde los 110.000 espectadores berlineses lo aclamaron cómo un ídolo, donde la gente le pedía autógrafos por la calle; tampoco se cuenta que realmente Hitler sí le saludó, el mismo Owens lo dijo ("Cuando pasé, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal. Pienso que los reporteros tuvieron mal gusto al criticar al hombre del momento en Alemania."); pero sobre todo olvidan que mientras estuvo en Alemania, Jesse Owens viajó y se hospedó en los mismos sitios que los blancos, cosa que no podía hacer en la "tierra de la libertad", donde como todos sabemos, se discriminaba a los negros.

Pues bueno, ahora os reto a investigar un poco sobre historia para ver qué otras leyendas se os caen...